Fecha estelar...

He comenzado este blog gracias a la sugerencia de un amigo, con ello pretendo dos cosas: compartir mis experiencias y pensamientos con los que más quiero y comenzar un diario donde escriba aquellas pequeñas cosas e ideas que en el monto total del tiempo de pierden. Sé que lo váis a hacer, pero quiero dejar muy claro que no dejan de ser mis sentimientos por escrito, y no quisiera ningún comentario desagradable.

martes, 31 de julio de 2012

Muchas cosas...

Se me han pasado quince días sin poder escribir y ahora no sé por dónde comenzar. Cada vez me alegro más de haber comenzado este blog, porque ahora que es cuando me siento para escribir, me doy cuenta que hay muchas percepciones diarias o "cotidianidades" que cuando pasan los días se diluyen en los recuerdos, y gracias a este diario, me aseguro que no se pierden.

Comenzaremos con mi regreso de los días pasados en Las Terrenas y cómo la buena experiencia y los sitios tan chulos que conocí, se empañan por experiencias no tan buenas.
Cuando llegué de Las Terrenas, recogí algunas cosas y me fui con una mochila a casa de Ana Belén (una amiga española que creo que ya he hablado alguna vez de ella), se había marchado a España durante diez días y me pidió que me ocupara de su casa en su ausencia, librándome así también un poco del ambiente monjil. Bajando la calle ví un grupo de personas que no me agradaba mucho, así que cambié de acera, pero a la vez vi por el rabillo del ojo que dos de ellos venían detrás de mí. Para hacerme el despistao me paré un momento como para coger algo de la mochila y les faltó tiempo para colocarse uno delante y otros detrás de mí. Mientras uno me quitaba la mochila, el otro me vaciaba los bolsillos. No puse resistencia, pero sí que les pedí que me devolvieran la documentación (una tarjeta de crédito y la licencia de conducir) pero me amenazaron echándose mano a una pipa en la espalda. Posiblemente no iban armados, pero no lo quise comprobar. Al momento se acercaron otros tres para preguntarme si me habían robado, que me podían ayudar, pero que les tenía que dar algo a cambio. Todo estaba compinchado, me dí cuenta perfectamente, pero también vi que si quería recuperar algo esa era la manera. Así que resumiendo, recuperé la mochila con la ropa y la documentación, perdiendo los dos móviles (el español y el dominicano), el dinero y algunos calzoncillos y cosas de aseo.
No dejo que esto me asuste, de hecho he intentado pasar cada día por el sitio que me robaron (no de noche claro) para no cogerle miedo, pues es algo que ya sabía que me podía ocurrir. No deja de ser lo mismo que si vas por un mal barrio de Madrid y te atracan, lo que pasa es que aquí son más los malos barrios. Mentalizao de que puede ser algo que vuelva a ocurrir.

Los días en casa de Ana Belén, muy bien, porque estaba en la zona Colonial y me permitía salir a pasear por la noche y tener mi independencia. Mientras las hermanas me habían buscado una casa compartida con un voluntario de los Salesianos (las salesianas y los salesianos no trabajan siempre juntos). Cuando me mudé a esa casa, me encontré que estaban cambiando los suelos, así que seguí con mis cosas en maletas. Allí vive un voluntario (más bien un trabajador) de los salesianos, un italiano casado con una cubana y que tienen una niña. A los dos o tres días me comenta que el se quería ir a vivir a otro sitio más seguro con su mujer y su hija, pero que la agencia con la que viene no estaba por la labor de pagarle otra vivienda, que esa casa se iba a convertir en la casa de la familia, por lo que yo quedaba fuera. No me alteré ni mucho menos, así que recogí mis cosas a los pocos días y me vine de nuevo a casa de las monjas. Todo esto es molesto por el hecho de tener mis cosas en danza de una lado para otro y sin ubicarme y poder plantar el huevo en un rincón que sienta como mío, pero este tipo de vida (temporal) es lo que conlleva... no tener sentido de pertenencia.
Lo bueno es que ayer pude llevarme mis cosas por fin a una casita de una ex-alumna justo aquí al lado de donde trabajo, donde creo que podré pasar el tiempo que me quede. La casa es minúscula, una construcción peculiar (cuando pueda colgaré un video para presentar el chozo), pero os aseguro que comparado con los lugares donde viven muchas personas, soy muuuuuyyyyy afortunado.

He intentado resumir un poco estos quince días, me queda por ahí alguna cosa en el tintero, como una reunión que tuve con el Consejo Provincial Monjil (que fue muy importante para mí) y la experiencia con la Pastoral Materno Infantil en Bonao, pero eso es harina de otro costal y será material para la siguiente entrada.
De momento un par de fotos de los días en Las Terrenas. Las fotos son de los momentos que no trabajábamos, que parece que siempre estoy de excursión...

El salto del Limón

Playas en Las Terrenas... auténticos Paraísos Terrenales

jueves, 12 de julio de 2012

Conversaciones disléxicas

Porque aunque hablemos el mismo idioma, existe una barrera cultural que limita los entendimientos, y hay en ciertas ocasiones que se me hace cuesta arriba hacerme entender, e incluso captar yo también a la primera a dónde queremos llegar en una conversación o una reunión.
Como muestra un botón: tengo la intención de darle un giro a la Oficina de Proyectos y pasar de que sea un "garito de búsqueda de ayudas" pueda servir como una herramienta que ayude al resto de las áreas donde trabajan las salesianas, para producir verdaderos cambios o "desarrollos". Bueno, pues tras explicarle a la sor que tengo en la oficina la intención, para comenzar a trabajarla a partir de la semana que viene, pues tentemos que presentarla al Consejo Provincial el día 27, acabo mi explicación y me contesta: -"sí, así podemos enseñarles una oficina con sus propios logos que nos den diferencia..."- y todo lo que le había estado explicando durante los diez minutos anteriores???? el dar un cambio desde dentro, no solo a la idea original cuando se creó, sino a la idea que las hermanas tienen en la cabeza de lo que ésto es y lo que debería ser. Así que miedo me dan los próximos quince días, porque además de desarrollar la idea con esta monja, hay que explicarlo a las demás, y lo más grave... que me entiendan.

Estos días estoy en Las Terrenas, una pequeña localidad de la provincia de Samaná (la novia del Atlántico), de una belleza incalculable, playas paradisíacas de arena blanca, aguas cristalinas y palmeras callendo sobre el paisaje... sí, sí justo como las postales. En la tarde hacemos talleres con los niños y jóvenes, quedándonos así la mañana para disfrutar en la playa. Acepté la invitación porque aunque tengo mucho trabajo en Santo Domingo, necesitaba quitarme un poco de en medio de allí, llevaba mucho tiempo sin salir y el movimiento reiterativo monjil va, monjil viene, me cansa bastante. Así que por aquí estaré trabajando y disfrutando hasta el domingo que vuelva.

A la vuelta me voy a vivir diez días a casa de una amiga española que se va a pasar unos días a ver a sus padres y me ha pedio que si le puedo cuidar de la casa. Así que lo voy a hacer así, ya que también está muy cerquita del trabajo y en la misma Zona Colonial, sitio seguro y con mucha vida.
De todos modos cuando acabe esos días en casa de Ana Belén me mudo por fin fuera de la casa de las monjas... YUJUUUUUUUUUU¡¡¡¡¡¡ pero eso lo contaré más despacio en otra entrada y cuando tenga claro más cosas.

Mañana viernes operan a mi padre y no me hace mucha gracia el que me haya pillado fuera, de hecho una de las motivaciones para venirme ahora a República Dominicana era que la operación se preveía para el año que viene. Me alegro que se lo hagan ya porque le duele bastante, pero les dejo todo el turrón a mis hermanos, aunque sé que no tengo por qué preocuparme.

jueves, 5 de julio de 2012

Redefiniendo

Es curioso cómo va cambiando mi perspectiva de estar aquí, en general por todo y en particular en el trabajo. Y es a eso en este momento a lo que me quiero referir.
En un principio Vicente viene a la recién creada Oficina de Proyectos de las Hijas de María Auxiliadora en la Provincia Antillana de San José, que concierne a República Dominicana, Cuba y Puerto Rico, y me encuentro una oficina que parte de cero. Comienzo analizando los "proyectos" que hay en cartera e inmediatamente después a implementar la oficina con herramientas que sirvan para que la persona que esté en cualquier momento al cargo de la oficina, pueda utilizar para nunca partir de la nada. Una vez hecho ésto, me encuentro en la fase de buscar ayudas para distintas necesidades que hay en las obras de las Salesianas, pero a la vez me doy cuenta de varias cosas: lo que se busca son ayudas puntuales para necesidades puntuales, mejoramientos de ciertas áreas y una concepción de que la oficina de proyectos se ocupa tan solo de buscar fondos para las necesidades que las hermanas estiman. Ésto es una tarea ardua difícil, debido principalmente a la situación económica que se vive a nivel mundial y que afecta de una manera muy directa a las ayudas destinadas a estos países, hecho que me ratifica en el pensamiento de que debo enfocar mi trabajo en otra dirección más y creo que más importante. Hay que dejar muy claro si lo que pretendemos es buscar ayudas económicas puntuales para ciertas cosas, o lo que queremos es crear "desarrollo" en las áreas que toquemos. Claro está que esta segunda opción implica mucho más trabajo y un cambio en el chip de nuestras pretensiones.
La Oficina de Proyectos debe de ser (a mi criterio y creo que no voy muy desencaminado) a convertirse en una herramienta transversal al trabajo que las hermanas realizan en la Provincia de las Antillas, bien con los niños, bien con los jóvenes más desfavorecidos, que son la principal área de actuación por carisma de las Salesianas. Es decir, a partir de las necesidades que las Pastorales infantiles, de jóvenes, de formación, etc... detecten en su entorno, comenzar un trabajo de identificación, valoración y puesta en marcha de ideas, dando forma así a un proyecto, quizá más ambicioso que la simple adquisición de un útil, pero que se pueda convertir en una tarea o "Proyecto" que realmente transforme esa precariedad o necesidad o carencia, como queramos llamarlo, siendo así capaces de modificar la sociedad con esa aportación.
Por otro lado, hay que cultivar la idea de que nuestras necesidades son eso "nuestras" y la sociedad o la comunidad que nos rodea, tiene su parte de responsabilidad social, para con los suyos, intentando crear conciencia de que podemos y debemos hacernos cargo de ser nosotros mismos con nuestros recursos, aportaciones y trabajo los que nos toca cambiar nuestro entorno, haciéndonos así parte y beneficiario en el proceso de mejorar nuestra sociedad. Para aquello que necesitemos financiación, se buscará.

No sé si lo he explicado bien, pero tengo la idea en la cabeza y debo escribirla y ahora darle forma para plantearla aquí, porque posiblemente sea el mejor trabajo que pueda dejar, una oficina con herramientas básicas para comenzar a trabajar y un pensamiento de a dónde nos queremos dirigir, ya que se ha hecho una apuesta por crear este espacio, démosle forma ahora.

lunes, 2 de julio de 2012

Mixto de jamón y queso

Hace algunos días que no escribo, y es que no siempre es interesante todo lo que pasa.

De nuevo tuve una discusión bastante dura con la monja con la que gestiono las cosas aquí, y es que se unió el hecho de que siguen sin encontrarme nada donde alojarme más un par de problemillas con la sor con la que llevo la gestión de la oficina de proyectos. Sin entrar en pormenores, el caso es que al menos ahora sé que sí que anda buscando en serio el sitio, y es que por aquí lo que está bien es caro y lo que es algo más económico es una mierda. Al menos he conseguido que cuando salgo, me llevo llave, pero esto lo hace conmigo así como de "strangi". Con respecto a lo del curro, mañana me sentaré con la monja para ver si ponemos las cartas boca arriba y me haga de tapón en el trabajo, que más que ayuda, en la mayoría de las ocasiones me limita todo lo que hago. Pero bueno, eso lo arreglo mañana.

Las clases de baile me gustan un montón, de hecho ya estoy acabando con bachata y comenzaré en breve a aprender salsa. Y es que la profesora (aparte de estar más buena que el pan de rosca) me ha cogío mucho cariño y me están enseñando un montón.

El fin de semana estuvieron por aquí mis amigos de Jimaní y por la noche me fui con Inma a una fiesta que daban en el sitio donde voy a aprender a bailar. El caso es que parecía que lo íbamos a pasar toda la noche bailando, pero llegó un momento que nos agobió bastante el estar sudando como pollicos al vapor y decidimos irnos hacia la zona Colonial a tomar algo. Pasamos a la casa de teatro y tuvimos la suerte de que había música en directo de gratís... un cubano cantando Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez... me acordé mucho de Mateo, que hubiera disfrutado lo más grande, e Inma también lo estaba pasando genial. A mí antes me gustaba mucho este tipo de música, pero desde que aprendí cual era la manera correcta de cortarse las venas, dejé de escucharla, porque lo poco agrada y lo mucho te puede conducir a suicidio. No estoy yo para tanta ternura concentrá.

Pudimos disponer de coche gracias a Ana y nos fuimos a recoger al otro compañero de Jimaní, una amiga dominicana de ellos y Ana Belén, la española con la quedo algunas veces. El caso es que no sé cómo me las apañé que junté a todo el mundo en casa de los mercedarios (que también son españoles) y estuvimos viendo el fútbol, con su correspondiente botella de Viña Albali, tortilla española, chorizos y morcillejas... joder el tiempo que hacía que no repetía una morcilla, y lo que me gustó repetirla hasta la noche. El partido, qué contar? disfrutamos como "criaturicas" y además luego pude hablar por teléfono con: mi hermana, mi cuñao, Lorenzo y Fernando. A decir verdad, me trastoca un poco cuando hablo con tanta gente de España, son muchos sentimientos, buenos todos, pero muchos a la vez, pero no lo cambio por nada, escucharte a lo lejos y compartir momentos únicos, no solo porque ganara España, sino por la complicidad que existe habiendo de por medio ocho mil kilómetros. Me emocionan creo que demasiado esas cosas, pero no pienso renunciar a que siga siendo así, me hace seguir siendo consciente del cabo que tengo atado y del que puedo tirar en caso de necesitarlo.
Lógicamente nos fuimos a celebrarlo, y es que aquí aún quedaba toda la tarde-noche para celebrarlo. Nos fuimos de nuevo a las ruinas de San Francisco, como dice Ana Belén "a la verbena tropical" y estuvimos bastante bien. Ocurrió algo de lo más curioso y es que comenzó a llamar gente de la que conozco aquí y en un momento junté a toda al gente (que no es mucha) que conozco y con quien tengo más relación aquí. Nadie se conocía entre sí, lo único que tenían en común era yo, pero eso era lo de menos. Pasamos un buen rato.

Ana Belén me propuso algo y lo cierto es que me agrada bastante. En julio se va para España durante diez días, aquí tiene una vivienda pequeña, que comparte con un gato y unas plantas. El caso es que me ha pedido que si me puedo hacer cargo de ellos, mudándome durante estos días a su casa. Por supuesto que le he dicho que sí, mientras estas mujeres buscan algo, así al menos me libro de la vida monacal durante un tiempo.