Mi madre

Ayer domingo me levanté con la decisión de no perder el tiempo ni entretenerme en cosas de la casa, Inma hizo su parte y la mía, iba a levantarme buscar unas cartas en los correos electrónicos y ponerme al día con la UNED, concretamente con Comunicación y Educación. Lo conseguí casi al 100% y además puedo decir que es una asignatura que me está gustando mucho... qué suerte poder decir que te está gustando lo que estás estudiando verdad?.

Pero no es eso de lo que quería hablar, y es que nada más encender el ordenador y activar el skype, me doy cuenta que el icono que había creado para que mis padres se puedan comunicar conmigo y así no tengan que depender de las cuentas de otros o que alguien vaya a conectarlos, estaba activo y comienzo a preguntar que qué hacen a esas horas activos, pues me extrañaba mucho ver el icono de mi madre, no el de alguno de mis hermanos.
Se mueve el lápiz y me saludan, pero por el modo de escribir noto que no estoy seguro quién hay al otro lado... pregunto que quién es y cuál es mi sorpresa que era mi madre... jajajajajaja... Aún sin estar muy convencido le pregunto si nos podemos conectar aunque sea un rato y me dice que sí, pero que no sabe poner el vídeo, le digo que no se preocupe que ahora se lo explico. La llamo por skype, me contesta y ella me ve pero no me escucha, tiene los altavoces desconectados y no sabe ponerlos, así que no para de escucharla: -"Ay mi niño, ay qué feliz que estoy, ay mi niño!!!!"- así que antes de que le de una subida de tensión y después de comprobar que me ve pero que no me escucha, le digo por señas en la cámara que espere que la llamo al teléfono.
Estuvimos hablando como diez minutos y estaba eufórica, ciertamente se había conectado ella sola con las indicaciones que los días de atrás Felipe y mi hermana le habían dado y al ver que el "lapicerillo" del skype se movía, le causó una sensación increíble... "que soy capaz de hablar con mi hijo yo sola a 8000 km".

Así que después de colgar conmigo despidiéndonos hasta la tarde de ese mismo día, llamó a mi hermano y a mis hermanas, con un subidón de adrenalina que le hacía que se le escaparan las lágrimas, primero asustandolos por tener la voz algo conmocionada y luego alegrándolos cuando les explicó lo que había pasado.

Los padres nunca dejan de sorprendernos, pero tengo que decir que mi madre (y que cada uno diga lo que quiera de la suya, pero este es mi blog) mi madre es única.

Mi madre: Lorenza Ginés Rivas