Siempre me habían comentado que esta isla tiembla, y desde el terremoto de 2010 en Haití los temblores no han cesado. En mayor o menor escala siguen ocurriendo, pero como yo tengo que tener la misma sensibilidad que un garbanzo, nunca he notado nada.
Nunca he notada nada hasta el pasado 15 de julio, cuando estaba trabajando frente al ordenador y pensé que estaba pasando un camión cerca, cuando recordé que eso no era posible. Es curioso, pero en cuestión de segundos piensas de todo: camión cerca, sí - no, me estoy mareando, por qué resuenan los cristales del mueble de atrás, me está entrando "temblaera" de repente... Para un manchego que solo conoce dos posiciones de la madre naturaleza: frío o calor, todo lo que se sale de esta máxima es nuevo.
Cuando me doy cuenta de lo que es, bajo a preguntar si alguien más lo había sentido y todo el mundo más tranquilo que un ocho, de hecho había quien se pensaba que me lo estaba inventando, menos mal que el acceso a internet y vivir en la era de la noticia simultánea al suceso, me cercioró de lo que había pasado.
Esto no deja de ser una anécdota, no sé lo que suponga un terremoto a lo grande y de más duración, ni quisiera saberlo, pero por eso mismo, por ser una anécdota en el monto total del tiempo, pero sí mi primera impresión de un terremoto lo quería reflejar en este "pseudo diario tropical".
La prueba de lo hablado |
http://laestrella.com.pa/online/al-minuto/2013/07/15/al-min-sismo-de-51-grados-sacude-a-republica-dominicana.asp
No hay comentarios:
Publicar un comentario